El gato sediento
Algo tan simple como ver a un gato bebiendo agua de un grifo puede resultar de lo mas gracioso, y es que los animales son impredecibles y actúan por sus propios intereses, que en el caso del gato era saciar su sed y para ello usa su cabeza como cuenco para que resbalen las gotas.
Y el caso es que a los gatos no les gusta el agua, pero mira… en situaciones y momentos concretos pueden permitirse el lujo de darse un pequeño remojo.
Extra: Michael Jackson reencarnado en un perro