Cuando hacer el tonto te cuesta unas cuantas costillas rotas
Este tio vio una montaña de peluches y por unos instantes volvió a convertirse en un n1ñ0. Le sedujo ese montón de acolchados muñecos y decidió saltar sobre ellos, pero lo que no sabía es que debajo de todos esos mulliditos peluches se encontraba una rígida estantería.
Resultado: Alguna costilla rota.