Nunca te rindas, decían…
Dicen que con paciencia y saliva se la metió el elefante a la hormiga, pero… es necesario que la hormiga quiera, y en este caso, la hormiga no quería. Aun así, fijaros como el tio no para, y no de forma discreta. Vamos, que la tia bien podría haberle pegado un guantazo y le hubieran sobrado motivos.
Ahora… lo mejor de todo es el momento del minuto 0:22 cuando el tio va podrás a percutirla. Es una mezcla entre asco y haber lamido medio limón.