Camarero le prende fuego a una clienta mientras preparaba unas copas
Aunque está claro que la curiosidad mató al gato, en este caso podemos hablar perfectamente de mala suerte ya era difícil de pensar que una botella se iba a convertir en un lanzallamas.
Esto son collejas que te da la vida. La próxima vez pedirá un Gintonic.